Endemoniadas sonrisas
Que suavemente acarician
Mi desvelo, mi anhelo,
Mi mayor desconsuelo
Se ciernen sobre el lecho
De mis ojos soñadores
En mi alcoba, en mi cama,
En mi lustrosa almohada
Les apunto una salida llorada
Mas siguen sonriendo
Con gran ironía, con fantasía,
Con una tenebrosa alegría.