martes, 16 de marzo de 2010

Patrañas

Cuando una carta suena a despedida
Y no soy yo el que se despide.
En ese instante en el que la vida
Se demuestra injusta y dañina
En ese instante en el que muero,
Y Sin morir, muero,
Y es que la vida
Acaba sin acabar y acaba
Tantas veces que te dejas arrastrar
Por las palabras en las que me ahogo,
Por estas palabras en las que me hundo
Por debajo de una manta de crédito final
Estas palabras que escribo sin sentido
Estas palabras que no llevan mi camino
Y que forman frases que suenan a dolor,
Que cantan al temor, y vuelan con desesperación
Son solo palabras, son solo patrañas
Que dicta la Verdad
Y en una pantomima me convierten
Un muñeco de trapo, apaleado pero vivo
Sin sentir pero vivo, sin vivir pero vivo

¿Ciento Cincuenta?

150 besos, son los que siempre quise dar
149 besos, te regalaré en cualquier lugar
y uno, solo uno, guardaré en la oscuridad
150 razones para pedir perdón
150 perdones que no tenían ningún valor
Porque yo los decía de corazón y tu no



Se suponía que tenía que ser así, 150 besos, que iban a ser 150 hitos de felicidad, pero yo no escribo a la felicidad, al final siempre es más fácil escribir, a su antagonista, la realidad. No porque yo sea infeliz, y si porque sé que es serlo. No me canso de buscar felicidad, no me canso de buscar alegría, no. Pero estos 150 besos ya no se darán.
Se suponía que iban a ser 150 palabras para pedir perdón, pero qué sentido tiene pedir perdón, si se dicen sin el corazón llorando, lágrimas rojas, por los orificios que dejan tras de sí, 150 puñaladas. Pero si las puñaladas me las di yo, ¿a quién le voy a pedir perdón?
Intentar entender, de que hablo es una locura, intentar hacerte el loco para poder entenderlo es un imposible..........