Mal acostumbrados a divagar,
Que cuando vemos la verdad,
No la podemos aceptar.
Que el barco se hunde
Que la casa embargada será,
Por, al banco, no pagar
La maldita derrama,
Y lo que se derraman son lagrimas,
De familias desahuciadas,
Por rateros banqueros,
Por politicos rastreros,
Son solo palabras
para esos sucios usureros,
Que solo saben escupir en la vida de los demás.
Y no me quejo del trabajador,
Que el su hipoteca tiene igual que yo.
Me quejo del soberbio estafador
que el dinero prestó
A un pobre ilusionado,
A un tonto desdichado,
que en el ladrillo
y en la politica creyó
y ahora de rodillas ve
como todo se va
y solo se queda él...
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